
El compostaje es un proceso natural de reciclaje de nuestros restos de comida que nos permite reducir nuestros desechos domiciliarios y devolver los nutrientes a la tierra.
Hoy te compartimos una guía introductoria acerca de sus beneficios y los implementos y nociones básicas que se necesitan para empezar a compostar en tu hogar.
¿Qué es el compostaje o compost?
El compostaje es la transformación de desechos orgánicos en un sustrato fertilizante llamado compost. Es decir, el compostaje es el proceso, compost es el resultado.
¿Por qué compostar?
Porque los desechos orgánicos (ej. restos de comida, frutas, verduras, etc.) no son basura, sino un recurso valiosísimo que podemos devolver a la tierra para mantener su fertilidad y resiliencia y prevenir su degradación.
Cuando la materia orgánica va a la basura, termina en vertederos o rellenos sanitarios mezclada con toneladas de otros materiales. Ahí se descompone lentamente en un proceso anaeróbico (sin oxígeno), generando gases de invernadero: metano y dióxido de carbono.
En cambio, cuando la materia orgánica va al compostaje, se descompone rápida y controladamente en un proceso aeróbico (con oxígeno), sin emisión de gases de invernadero y además generando un fertilizante para la tierra 100% natural.
¿Para qué compostar?
¡Para obtener todos sus beneficios! Gracias al compostaje podemos:
- Generar conciencia sobre nuestra generación y gestión de desechos.
- Reducir nuestros desechos domiciliarios y convertirlos en nutrientes para la tierra.
- Reducir nuestras emisiones de gases de invernadero.
- Contribuir a la Economía Circular por medio del reciclaje de la materia orgánica
Por otro lado, a través del uso del compost podemos:
- Devolver a la tierra nutrientes que de otra manera se desperdiciarían en un vertedero.
- Aumentar la retención de agua de los suelos, protegiéndolos de la sequía.
- Reducir el consumo de agua para riego.
- Generar suelos nutridos y resilientes, protegidos de la degradación.
- Reducir/eliminar la dependencia a fertilizantes químicos derivados del petróleo.
¿Qué se necesita para empezar?
Contenedor: También llamados "composteras", hay de muchos tamaños y materiales: plástico, madera, greda, etc.. Se pueden comprar o hacer en casa. Tienen que tener buena ventilación y tapa o cubierta.
Materia orgánica húmeda o “verde” (alta en nitrógeno): Restos de comida, frutas y verduras, molienda café, té y hierbas, pasto recién cortado, plantas y flores, material vegetal que está todavía “vivo” y/o en proceso activo de descomposición. Evitar restos de origen animal y aceotes o grasas.
Materia orgánica seca o “café” (alta en carbono). Papeles, cartones, cajas de huevos, pelo humano o de animales, lana o algodón, diarios, hojas secas, pasto seco, aserrín, cáscaras de frutos secos, todo material vegetal ya seco y fibroso.
Entonces, ¿cómo se hace?
Se van agregando los desechos por capas: por cada capa de materia húmeda (que aporta agua), se agrega una capa seca (que aporta estructura y ventilación).
Así se logran las condiciones óptimas para que las bacterias, hongos, microorganismos e invertebrados puedan descomponer los desechos rápidamente y sin generar malos olores.
¡OJO! En internet hay numerosas recetas con "proporciones ideales" entre materia seca y húmeda que van desde 1:2 hasta 1:25 partes de nitrógeno por partes de carbono. Sin embargo, el compostaje es un proceso vivo, no una ciencia exacta, y en la práctica, más bien se requiere de un poco de ensayo y error:
- Si hay demasiado material seco, la descomposición va a ser mucho más lenta
- Si hay demasiado material húmedo, se va a comprimir y va a generar malos olores
En ambos casos, sin embargo, la descomposición va a ocurrir igual. Por esta razón, más que enredarse con fórmulas matemáticas, nuestra invitación es a dar el salto y empezar.
Lo importante es que la mezcla se sienta húmeda pero no mojada, y no genere olores fuertes. ¡La presencia de temperatura alta, y/o insectos e invertebrados es una excelente señal! Significa que el proceso de descomposición está activo y agarrando fuerza.
Con el tiempo, te irás familiarizando y sabrás cuándo se necesita más agua (agregar más materia húmeda y/o regar directamente) y cuándo se necesita más ventilación (agregar más materia seca o bien airear/voltear).
¿Y cómo se sabe cuándo está listo?
Un compost listo o "maduro" es aquel que ya completó todas las fases de descomposición, lo que puede tomar desde algunas semanas hasta varios meses (¡o más!)) desde que se dejó de agregar materia orgánica a la compostera.
Se ve como una tierra oscura, fresca y húmeda, fina y sin trozos de materia reconocibles, con un aroma limpio y agradable, como a bosque en un día de lluvia (si tiene mal olor, todavía no está listo).
Entonces puede agregarse al sustrato de maceteros, o directo al jardín o huerta, tanto en plantas decorativas como en flores, hierbas, hortalizas y frutales. Es un maravilloso abono y fertilizante, cargado de vida y nutrientes.
¿La mejor parte? ¡Es 100% gratis! Y creado únicamente a partir de desechos que normalmente se van a la basura. ¿Qué más se puede pedir?
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Si quieres disfrutar los beneficios del compostaje, pero todavía no te atreves a dar el salto, puedes buscar iniciativas de compostaje comunitario o retiros de residuos orgánicos a domicilio. Hay cada vez más pymes y/o organizaciones que están ofreciendo este servicio y alguna podría operar cerca de dondes vives 😉
