El Bosque Templado Valdiviano es un hábitat único y biodiverso, sin temperaturas extremas, lluvioso y siempre verde, considerado en peligro a nivel mundial. Actualmente existen muy pocos bosques de este tipo en el planeta, y uno de ellos es el Santuario de la Naturaleza Parque Katalapi, administrado por la Fundación Parque Katalapi con la cual colabora FreeMet.
Esta es la conversación que tuvimos con Samantha Sparks, directora ejecutiva de la fundación desde 2019, quien nos contó la inspiradora historia que alberga el parque y la labor que ofrecen al mundo.
¿Cómo nació el parque y qué los motivó a crear la fundación?
La fundación fue creada en 2017 por Elisa Corcuera, especialista en conservación, para administrar y asegurar la sostenibilidad del Parque Katalapi, una iniciativa familiar de restauración y conservación del Bosque Templado Lluvioso.
Todo partió con el sueño de su madre Ana Vliegenthart, profesora de biología y ciencias naturales. Hoy conocida como Ana Katalapi, trabajó en el sistema educativo tradicional durante 23 años, pero su verdadera pasión era la educación al aire libre y conectar a la gente con la naturaleza. En búsqueda de un lugar para realizar esta visión, en 1994 adquirió junto a su marido, el biólogo Luis Corcuera, un sitio de 25 hectáreas a las afueras de Puerto Montt. Ahí crearon un espacio para la educación ambiental e investigación científica para la conservación.
El parque es un potente testimonio sobre la resiliencia de la naturaleza y su capacidad de regenerarse, si le damos la chance. Cuando compraron la propiedad, era un predio típico de pequeño agricultor, el clásico paisaje rural sureño: praderas donde pastoreaban las vacas, un poco de bosque de donde se sacaba leña. Después de 30 años y sólo protegiendo el espacio, el ecosistema se ha reestablecido: ha crecido un bosque tan tupido y lleno de vegetación que es casi imposible imaginar que antes eran cerros “pelados”.
¿Cuáles son sus objetivos y cómo trabajan para lograrlos?
Nuestra misión es asegurar la conservación del patrimonio natural y cultural de Chile, mediante actividades que mejoren la conexión con la naturaleza y la comprensión de ella; esto lo llevamos a cabo a través de la educación ambiental y facilitando la investigación científica.
Tenemos programas educativos para todas las edades. Para estudiantes ofrecemos visitas guiadas de 3 horas en donde recorremos el bosque y los niños y jóvenes aprenden sobre temas vinculados al currículum escolar; para adultos tenemos talleres sobre la Flora de Chile, la Ecología del Bosque, Observación de Aves, e incluso Baños de Bosque y exploraciones nocturnas.
Nuestro principal programa es la Formación para Facilitadores en Educación Ambiental, en donde enseñamos objetivos y metodologías para la educación ambiental al aire libre. Tiene una duración de 24 horas (dos noches en el parque), y está dirigido a todos quienes quieran adquirir herramientas y técnicas para la educación al aire libre.
Por otro lado, respecto a la investigación científica, a partir del 2010-2012 Luis Corcuera empezó a dirigir sus investigaciones al bosque templado, y a la fecha el parque ha sido objeto de más de cincuenta publicaciones científicas, tanto nacionales como internacionales. Tenemos todas las facilidades para que los científicos puedan ir, quedarse en el parque y realizar su trabajo. Actualmente somos estación biológica de la Universidad de Concepción.
¿Cuáles son sus logros más significativos?
Fuimos declarados Santuario de la Naturaleza en 2020 por el Gobierno de Chile, lo cual es un tremendo logro para una iniciativa familiar. Es un reconocimiento tanto del valor del ecosistema recuperado, como también de la educación ambiental e investigación científica que realizamos.
Otro logro importante es ser una fundación autofinanciada, a través de la venta de servicios educativos, con una estructura institucional y administrativa que nos permite trabajar y cumplir nuestros objetivos de acuerdo a la ley.
¿Cuáles son sus mayores desafíos?
La sostenibilidad económica. Actualmente no hay ningún aporte del gobierno para áreas privadas en conservación, ni tampoco financiamiento asociado a ser Santuario de la Naturaleza, a pesar de que conlleva exigencias mucho mayores respecto a metas, indicadores y estándares de manejo y conservación.
Otro desafío es la creciente urbanización de las áreas rurales externas al parque, lo cual fragmenta los hábitats de la vida silvestre con consecuencias muy profundas en el ecosistema.
¿Cómo podemos apoyar las labores de la fundación?
¡Viniendo a conocernos! Visitando el parque, vivenciando en primera persona el bosque nativo. A pesar de la crisis ambiental en que vivimos, nuestro mensaje sigue siendo muy positivo: nosotros la pasamos muy en el bosque, en cada salida vemos maravillas y siempre hay muchas sonrisas.
Las donaciones* son también siempre valoradas, por más pequeñas que sean, ya que nos ayudan a seguir con nuestra misión de permitir que muchas más personas tengan la oportunidad de vivenciar el bosque y conectar con la naturaleza.
Si pudieras recomendar una sola acción que podamos hacer hoy mismo para contribuir a la protección del bosque, ¿cuál sería tu consejo?
Que salgan al aire libre, donde sea que estén, al patio, a la calle, a la plaza, y busquen un elemento de la naturaleza, y se dejen maravillar. Cuando veo hierbas creciendo entre las grietas del cemento, es una maravilla, la fuerza de la vida. Vivimos en un mundo hermoso, y para valorarlo y cuidarlo necesitamos primero conectar y enamorarnos de él.
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Todas las fotografías presentadas en esta entrevista son cortesía de la Fundación Parque Katalapi. Te invitamos seguir conociendo todo lo que ofrece el Santuario de la Naturaleza Parque Katalapi en su sitio web y en Instagram y Facebook.
*En nuestra tienda FreeMet, puedes contribuir directamente a Fundación Parque Katalapi donando un monto a tu elección al finalizar tu carrito de compras.
