
Las manchas son parte de la vida. Podemos hacer lo posible por prevenirlas, pero tarde o temprano, algo se va a derramar, salpicar, o caer sobre la ropa o los textiles de la casa, especialmente cuando tenemos niños o mascotas (¡o ambos al mismo tiempo!).
Hoy te contamos los errores comunes que se cometen al intentar remover manchas, y cómo eliminarlas de forma efectiva, segura y sin arruinar tus prendas en el intento.
Qué NO hacer para eliminar manchas
Para aumentar tus probabilidades de éxito en el desafío de eliminar manchas y dejar tu ropa impecable, te recomendamos:
No ignorar la mancha: Mientras más rápido actúas, más fácil será remover la mancha. De lo contrario, esta se irá impregnando más a la tela, y al secarse se fijará todavía más.
No usar agua caliente para todo: El agua caliente no remueve todo, y de hecho puede fijarlas más a la tela, especialmente las manchas de sangre. Ante la duda, elige usar agua fría o tibia.
No frotar: Nuestro primer impulso puede ser frotar frenéticamente, pero esto puede ¡esparcir e impregnar la mancha más profundamente! Además, hay telas delicadas que se dañan con el roce excesivo.
No usar quitamanchas indiscriminadamente: Úsalos con cautela, ya que pueden dañar o desteñir ciertas telas, no ser efectivos si hay restos de comida, o en el peor de los casos, ser dañinos para la salud, especialmente si son a base de cloro. Sigue las instrucciones del envase y nunca los mezcles entre sí.
No usar la secadora: Echar una prenda manchada a la secadora garantiza que la mancha se fije de forma prácticamente definitiva a la tela. Nunca aplicar calor hasta que la mancha haya desaparecido satisfactoriamente.
No ignorar los cuidados específicos de la tela: Cada material requiere de cuidados específicos y eso también aplica al tratamiento de manchas. ¡No sirve remover una mancha si en el proceso vamos a arruinar la prenda!
Entonces, ¿cómo remover manchas de la ropa?
Lo más importante es actuar lo antes posible, evitar los errores descritos más arriba y hacer un pretratamiento adecuado antes de echar la prenda a la lavadora.
Cuánto tiempo dediquemos al pretratamiento dependerá de la situación y la gravedad de la mancha, sin embargo la fórmula es bastante sencilla: remover los residuos, enjuagar, aplicar producto, lavar.
Acá te dejamos nuestras recomendaciones generales para remover todo tipo de manchas cotidianas como comida, bebestibles, barro, sudor, orina, sangre, u otros:
1. Remover residuos
Remueve el exceso de residuos sólidos o espesos -barro, salsas, yogurt, comida- cuidadosamente con una cuchara o cuchillo sin filo. ¡Recuerda NO frotar!
Luego, presiona la mancha con papel absorbente o una toalla de algodón para remover los líquidos que hayan entrado en la tela. ¡Te sorprenderá cuánto podrás eliminar! Repite hasta que el papel ya no quede humedecido ni manchado.
2. Enjuagar con agua fría
A continuación* enjuaga con abundante agua fría. Un truco es aplicar el chorro de agua por reverso de la mancha, ya que queremos que la fuerza del agua nos ayude a empujar la mancha hacia afuera de la tela y no al revés.
*En caso de manchas de aceite o grasa, pasa directo al siguiente paso.
3. Aplicar producto
Luego aplicamos un producto para ayudar a remover la mancha (o lo queda de ella).
El detergente líquido (o incluso lavalozas líquido) es más que suficiente para la mayoría de los casos, se aplica puro y sin diluir directamente sobre la mancha.
Ahora por fin puedes frotar y/o cepillar suavemente (ej. con un cepillo de dientes) para que el producto penetre bien en la tela, y dejar actuar desde unos 30 minutos a varias horas (o toda la noche).
El agua oxigendada es otro producto altamente efectivo para remover manchas, una alternativa segura a los quitamanchas a base de cloro, y además no destiñe las telas. Funciona particularmente bien sobre manchas de origen natural como frutas, verduras, moho, o fluidos corporales como sudor, sangre, orina, heces, etc.
Al aplicarlo directo sobre la mancha generará abundante espuma. A diferencia del detergente, no es necesario frotar, pero es posible que necesites repetir la aplicación varias veces, dependiendo de la mancha.
4. Lavar y evaluar
Finalmente lavamos la prenda en la lavadora. En este primer lavado, recuerda no usar secadora, ya que es posible que la mancha todavía no haya salido completamente. Examina los resultados, y en caso de ser necesario, repite el tratamiento.
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El universo de las manchas es amplio y diverso, y no todas las manchas reaccionan igual: hay manchas que no salen a la primera, pero se van desvaneciendo tras reiterados y amorosos tratamientos, los cuales irán debilitando y separando las moléculas de suciedad que están adheridas a las fibras de la tela.
Es un proceso que actúa progresivamente por capas: mientras más antigua o profunda sea la mancha mayor número de aplicaciones será necesario para eliminarlas.
En otras palabras, ¡no te rindas! Remover manchas requiere sólo un poco de técnica, pero mucho cariño, paciencia y perseverancia.
