Mañana comienza el verano oficialmente y se nota: días largos, altas temperaturas y para muchos, el comienzo de las vacaciones y los paseos a la playa.
Para la mayoría de las personas, el protector solar es un infaltable en esta época; sin embargo, es importante informarnos bien sobre cuáles usar, ya que algunos pueden tener inesperadas consecuencias tanto para nuestra salud como la biodiversidad marina.
¿Son todos los protectores solares iguales?
No. Hay dos tipos de protectores solares, aquellos que bloquean la luz del sol (minerales), y aquellos que la absorben (químicos).
Los protectores solares minerales bloquean los rayos UV, reflectándolos como un espejo, de manera que estos no alcanzan a llegar a nuestra piel. Los dos filtros minerales que se usan actualmente son óxido de zinc y dióxido de titanio.
Por otro lado, los protectores solares químicos absorben los rayos UV, impidiendo que penetren en las capas más profundas de nuestra piel. Hay numerosos componentes químicos que se pueden usar para este fin, pero unos de los más comunes son la oxibenzona, avobenzona y el octinoxato.
¿Por qué evitar el uso de los protectores solares químicos?
Para una protección solar efectiva, se recomienda aplicar cremas solares varias veces al día y/o todos los días durante el verano (a lo largo de los años).
Sin embargo, muchos de los ingredientes usados en protectores solares químicos como por ejemplo la oxibenzona, avobenzona, octinoxato y el homosalato, han sido clasificados como disruptores endocrinos, posibles cancerígenos y/o irritantes cutáneos por la EWG (Environmental Working Group), ONG especializada en la investigación y defensa de la salud medioambiental.
Además, los protectores solares químicos por lo general contienen varios de los ingredientes nocivos en un solo producto, por lo que nuestra exposición a ellos es acumulativa y puede fácilmente sobrepasar los límites establecidos como seguros, los cuales a su vez están siendo cuestionados.
Estos componentes se absorben a través de la piel, y se pueden detectar en la piel y en la sangre incluso semanas después de la última aplicación, de acuerdo a un estudio de Asociación Médica de Estados Unidos, y se desconocen los efectos que su acumulación en nuestro organismo podría tener a largo plazo. Se han detectado también en leche materna y orina.
Protectores solares químicos en el océano
Los protectores solares químicos no sólo son un riesgo para nuestra salud, sino que también para los océanos.
Cerca de un 25% del protector solar que nos ponemos en la piel se libera al agua cuando nos bañamos, ya sea en la ducha, ríos, lagos, o en el mar: se estima que 14.000 toneladas de crema solar llegan a los océanos cada año, acumulándose en los ecosistemas marinos.
Los arrecifes de coral están siendo particularmente afectados. Esto nos perjudica a todos, ya que sustentan con refugio y alimento a más del 30% de todas las especies marinas conocidas, y a la fecha ya se han perdido más del 50% de los corales del mundo por los efectos de la sobrepesca, la contaminación y la crisis climática (entre otros).
En los últimos 15 años, numerosos estudios han demostrado que los filtros solares químicos son tóxicos para los corales y otras especies marinas como peces, delfines, algas, mejillones y erizos de mar: dañan sus sistemas endocrinos, inmunes y reproductivos e impiden sus procesos normales de crecimiento, desarrollo y reproducción.
De hecho, los protectores solares que contengan oxibenzona y octinoxato están prohibidos en algunos países y/o localidades como México, Hawaii, Tailandia, Aruba, Bonaire y Palau, entre otros.
Protegiendo nuestra piel y el océano
Entonces, ¿cómo elegir un protector solar seguro para nuestra salud y para la biodiversidad marina? La clave es revisar los ingredientes activos y evitar los que contengan:
Oxibenzona | Octinoxato | Octocrileno | Benzofenona-1 | Benzofenona-8 | OD-PABA | 4-metilbencilideno alcanfor | 3-Bencilideno alcanfor | Homosalato | Parabenos | Triclosán | Nanopartículas | Microplásticos
En su lugar, prefiere protectores solares minerales biodegradables certificados, que usen filtros físicos de rayos UV como el óxido de zinc y/o dióxido de titanio, minerales que nos protegen contra los rayos UV formando una barrera física sobre nuestra piel que reflecta (desvía) los rayos del sol.
Ambos ingredientes son considerados alternativas seguras tanto para nuestra salud como la del océano, siempre y cuando no contengan nanopartículas y que sean en formato de crema (no en spray).
Más allá de la protección solar en crema
Recuerda que usar crema solar no es la única forma de proteger nuestra piel de la radiación solar. Otras formas efectivas para protegernos del sol (y reducir nuestro impacto ambiental) son evitar el sol directo en las horas de mayor índice UV, usar ropa de manga larga y/o pasar más tiempo a la sombra.