El Día de la Tierra, celebrado el 22 de abril, es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de proteger nuestro planeta y promover la sustentabilidad ambiental.
Esta celebración es un recordatorio anual de los desafíos que enfrentamos como sociedad en lo que respecta a la salud de nuestro planeta y de todas las especies que lo habitan. Desde ahí se ha desarrollado una idea que cada año cobra más relevancia, especialmente después de la pandemia: el concepto de "One Health" o Una Salud.
"One Health" es un enfoque interdisciplinario basado en la premisa de que la salud de los seres humanos está intrínsecamente ligada a la salud de todos los seres vivos y la naturaleza en general. Se originó en el área de salud pública, como respuesta a la aparición y propagación de las llamadas enfermades zoonóticas, que son aquellas que se transmiten de animales a humanos como el Ébola, SARS, viruela del mono, enfermedad de las vacas locas e influenza aviar, entre otras.
La aparición y transmisión de muchas de ellas tienen como causa raíz la pérdida y fragmentación de los ecosistemas naturales. Por ejemplo, la deforestación, urbanización y otras formas de alteración del paisaje como la expansión agrícola y el cambio de uso de la tierra, provocan el desplazamiento de las especies nativas locales, lo cual a su vez puede llevar a un mayor contacto entre humanos, animales domésticos y animales salvajes, aumentando así el riesgo de transmisión de enfermedades.
Por otro lado, el tráfico ilegal de animales silvestres también facilita la propagación de enfermedades al poner en contacto a animales de diferentes especies en condiciones de estrés y encierro, similar a lo que ocurre en los sistemas de producción ganadera intensiva, en donde las condiciones de hacinamiento, falta de atención veterinaria y uso excesivo de antibióticos genera condiciones favorables para las transmisión de enfermedades, principalmente a través de mosquitos y garrapatas.
La crisis climática propiamente tal también es un factor contribuyente, ya que las alteraciones climáticas en las diferentes zonas geográficas está desplazando a especies de zonas geográficas y modificando la temporada de actividad de vectores (como mosquitos y garrapatas) lo cual puede llevar la propagación de enfermedades zoonóticas a nuevas áreas y poblaciones.
En otras palabras, la conservación y regeneración del medio ambiente nunca antes ha estado vinculada de forma tan clara y evidente a nuestra salud actual y la de futuras generaciones, así como también a la estabilidad de nuestras economías, sistemas sociales y disponibilidad de alimentos.
Por esta razón, para abordar desafíos como la pérdida de especies, la degradación de los ecosistemas, la contaminación de las aguas, la sobreexplotación de los recursos naturales y el cambio climático global se requiere de un enfoque integral que reconozca la interconexión entre la salud humana, animal y ambiental, y que priorice la conservación de la biodiverdad y los hábitats que sustentan toda la vida en nuestro planeta.
Todos tenemos un papel fundamental en este proceso de cambio. Desde las decisiones diarias en nuestro consumo y estilo de vida hasta la participación activa en la educación y difusión de estos temas, cada acción cuenta. Es tiempo de cultivar la esperanza y la convicción de que juntos podemos generar un impacto positivo en nuestro entorno.
Sigamos, entonces, promoviendo la sustentabilidad en todos los ámbitos de nuestra vida, desde nuestras elecciones de alimentación y consumo energético hasta nuestras prácticas laborales y de ocio. Sigamos educándonos y generando conversaciones significativas con nuestras familias y amistades, y recordemos siempre que cuidar de nuestro planeta es cuidar de nosotros mismos y de las generaciones venideras.
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Cuidar el Agua es Amar la Vida.