Durante este verano, las aguas del Lago Villarrica, tradicionalmente de un intenso color azul, se han vuelto fangosas y de color verde. Este fenómeno conocido como “bloom de algas” ha sido una problemática recurrente desde hace más de una década: en el año 2017 fue el primer lago del país en ser declarado como “Zona Saturada”. Pero ¿saturada de qué? Te lo explicamos a continuación.
¿Por qué las aguas de lago están verdes?
Debido a la eutrofización. Este proceso es cuando un cuerpo de agua se va enriqueciendo progresivamente con minerales y nutrientes que provienen de otra fuente. En condiciones naturales, ocurre lentamente a lo largo de décadas o siglos; sin embargo se vuelve problemático cuando debido a la actividad humana, las aguas reciben una carga de nutrientes (como fosfatos y nitratos) tan grande y constante que el medio no tiene la capacidad de asimilarlos de forma natural.
Esto desencadena una serie de eventos con efectos gravísimos para todo el ecosistema. Primero, debido al exceso de “alimento” disponible, algas y plantas acuáticas comienzan a proliferar aceleradamente, agotando el oxígeno del agua y generando desechos orgánicos en abundancia (fango). Entonces se genera un ambiente “anóxico” (escaso en oxígeno): las aguas se vuelven turbias, la materia orgánica se acumula en el fondo, y profileran microorganismos y bacterias que producen toxinas letales para la vida silvestre local. Por otro lado, esto propicia que especies invasoras aprovechen las nuevas condiciones y desplacen a los organismos locales.
Las toxinas presentes en el agua son también dañinas para la salud de las personas y las economías locales que dependen del lago para subsistir: según el tiempo de la exposición y vía de contacto con el agua contaminada, se pueden generar desde alergias cutáneas hasta problemas digestivos, hepáticos u oculares.
En definitiva, la eutrofización puede ser el fin de un ecosistema tal y como lo conocemos, por lo que lo que estamos presenciando en el Lago Villarrica va mucho más allá de un problema estético: se trata de una verdadera emergencia medioambiental y sanitaria que debemos prevenir, detener y remediar a la brevedad posible.
El agua que usamos en casa llega a la naturaleza
¿Sabías que más del 80% de las aguas grises de uso domiciliario, es liberado a cursos naturales de agua como ríos, lagos, estuarios, humedales y eventualmente al océano? Este es un hecho que la mayoría de las personas desconoce, y sin embargo es clave para comprender en qué medida nuestras acciones cotidianas tienen un efecto directo sobre nuestro la naturaleza que nos rodea.
De acuerdo a lo reportado por Ladera Sur, la contaminación del Lago Villarrica, proviene principalmente de dos fuentes: las aguas residuales industriales (especialmente del cultivo de salmón y de la ganadería) y por otro lado las aguas domiciliarias de las comunas aledañas.
La mayoría de las aguas domiciliarias rurales y urbanas del sector llegan al lago sin tratamiento, e incluso cuando han sido tratadas, el enfoque es la eliminación de agentes biológicos patógenos, y no así de otras sustancias dañinas como los fosfatos, nitratos, microplásticos, metales pesados, etc. Es decir, el tratamiento de las aguas grises no necesariamente previene la eutrofización del lago.
Si queremos contribuir a la recuperación del Lago Villarrica y otros ecosistemas acuáticos del país, es fundamental que, tanto en sector industrial como en el sector domiciliario, dejemos de contaminar el agua que estamos utilizando. A nivel de la ciudadanía esto lo podemos lograr haciendo una revisión de los productos de limpieza para el hogar y de cuidado personal que usamos en nuestras casas.
En la mayoría de los casos, los productos de limpieza convencionales no cuentan con ningún tipo de certificación vinculadas a la protección del medio ambiente ni de la salud de las personas. Estos productos suelen contribuir a la proliferación de microalgas y cianobacterias, y a la eutrofización de las aguas debido a los ingredientes que contienen, como por ejemplo el fósforo, ácido fosfórico, nitratos, amoniaco y boratos (bórax), entre muchos otros.
Productos de Limpieza Biodegradables y Certificados
Para limpiar nuestra casa de forma efectiva y sin contaminar, debemos elegir productos que sean libres de sustancias eutrofizantes y que además tengan certificación de biodegradabilidad a corto plazo, según el estándar OECD 301B/D que avala que el producto se degrada en forma natural en menos de 28 días. De esta manera, no sólo evitamos la contaminación química del agua, sino que además contribuimos al ahorro de este tan valioso recurso, ya que podemos reutilizar las aguas grises para riego en nuestro propio hogar y con total seguridad.
Sea cual sea la región en donde vivas, recuerda que los productos de limpieza que usamos en casa, y con ello las aguas grises que se van por el alcantarillado tienen una directa relación con la salud de los ecosistemas acuáticos de nuestro país a mediano y largo plazo. ¡Démosle un respiro a nuestros ríos y lagos, y sumémonos al cuidado de las aguas de nuestro planeta utilizando productos que no contaminen el medio ambiente!