Reducir, Reutilizar, Reciclar... y las otras R's de la Economía Circular

 

Si ya leíste nuestra última nota de blog, entonces ya sabes que la Economía Circular tiene como objetivo reformular nuestro sistema económico actual para la eliminación de desechos desde el diseño y la regeneración de los ecosistemas. Pero ¿cómo podemos hacer realidad este sueño?

Para mantener nuestros recursos en circulación y evitar que se conviertan en basura, debemos distinguir la naturaleza de cada material y su potencial de uso y transformación: tanto una cáscara de plátano como un cargador de celular tienen valor y utilidad, pero su ciclo de vida se verá completamente diferente.

La Economía Circular define dos grandes áreas: el Ciclo Biológico, en el cual los residuos orgánicos son compostados y devueltos a la tierra, y el Ciclo Técnico, en el cual extendemos la vida útil de materiales no biodegradables, como plásticos y metales. Sobre este último te contaremos más en detalle el día de hoy.

¿Has escuchado hablar sobre las 3 R's de la sustentabilidad: Reducir, Reutilizar, Reciclar? Fueron popularizadas en los años 70 por organizaciones como Greenpeace para impulsar el consumo responsable y la reducción de nuestra huella de carbono, y desde entonces se han convertido en un emblema del movimiento por un desarrollo sustentable.

Estas 3 R's siguen tan vigentes y necesarias hoy como lo fueron hace 50 años, y el Ciclo Técnico las explora y profundiza: se han ido sumando otras R's, como reparar, redistribuir, revalorizar, relacionar, o reestructurar, que se complementan entre sí y contribuyen a que la propuesta de la Economía Circular sea más clara, concreta y realizable. Aquí te mostramos las más importantes:

 1) REDUCIR, REUTILIZAR

La opción más sustentable es siempre utilizar lo que ya tenemos en casa, por lo que reutilizar es siempre la primera prioridad. Mientras más extendemos el uso de las cosas, mejor aprovechamos los recursos hídricos, de carbono, financieros y humanos que se invirtieron para fabricarlas; además, reducimos tanto la necesidad de comprar cosas nuevas como la generación de basura.

- Reutiliza y revalora lo que ya tienes, y antes de comprar revisa si hay algo en casa que te sirva para lo que necesitas. Cuando compres, prioriza hacerlo de segunda mano, dando nuevo uso a productos que otros ya no ocupan.

- Comparte y/o pide prestado aquellos productos de alto valor y uso esporádico, como herramientas o electrodomésticos; así ahorras dinero y las cosas realmente se aprovechan en vez de estar guardadas el 99% del tiempo.

2) REPARAR, REACONDICIONAR, REMANUFACTURAR

Cuando las cosas se gastan, rompen o pierden parte de su funcionalidad, casi siempre pueden ser reparadas por una fracción de los recursos que requeriría fabricarlas de nuevo: al reparar un producto le devolvemos su valor, en vez de descartarlo por completo. Por ejemplo, en el área de la tecnología se está practicando cada vez más el reacondicionamiento y/o la remanufacturación de productos, en donde se recuperan equipos defectuosos o en desuso y se restauran para dejarlos funcionando como nuevos.

- Repara tus cosas cuando se rompen o echan a perder, o mejor aún, haz revisiones periódicas de limpieza y mantención, cuidando y previniendo fallas antes de estas aparezcan.

- Averigua sobre emprendimientos o marcas que promuevan o faciliten la reparación y/o retorno de productos en desuso. Esto es particularmente importante el ámbito de la tecnología, para no se desperdicien las costosas y escasas materias primas que utiliza.

3) RECICLAR

El reciclaje es el paso final del Ciclo Técnico y se usa como el último recurso cuando ya se han agotado todas las instancias de reutilización y reparación. Al reciclar reducimos un producto a sus materiales básicos para que estos sean reprocesados y utilizados en la creación de nuevos materiales.

Es importante siempre recordar que el reciclaje, si bien nos permite rescatar y recuperar los materiales de un producto, es un proceso industrializado con un alto costo energético y monetario, y que tiene su propia huella de carbono. Por esta razón ¡siempre es preferible reutilizar y reparar antes que reciclar!

- Prefiere marcas y productos que utilicen materiales reciclables, y evita adquirir productos con materiales que no se puedan reciclar, ya que lo más probable es que terminen en la basura.

- Separa tus desechos y entrega tus materiales reciclables limpios y clasificados a organizaciones y emprendimientos que se dediquen a la gestión del reciclaje. ¡Hoy en día muchas de ellas hacen recolección a domicilio!

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¿Conoces las R's con las que trabajamos en FreeMet? Te damos una pista, ¡tiene que ver con los envases de nuestros productos! Los puedes reutilizar, recargar, retornar y/o reciclar. Además hemos desarrollado nuestras hermosas botellas RefillMe, hechas con materiales duraderos que pueden ser rellenadas una y otra vez. Te invitamos a conocerlas acá.

 

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