La industria textil hace multimillonarios esfuerzos para que vivamos con la sensación de que “no tenemos qué ponernos”, a pesar de que nuestros clósets están llenos de ropa. Las marcas lanzan nuevas colecciones más rápido de lo que nos toma usar una prenda nueva, la ropa parece no durar nada, y más encima está más barata que nunca: ¿cómo no caer en la tentación de seguir comprando?
Lamentablemente, cuando participamos de la “moda rápida” o Fast Fashion, estamos pagando un precio altísimo sin darnos cuenta. En nuestra última nota de blog hemos explorado el verdadero costo de estar a la moda y los daños que genera la industria textil.
La verdad incómoda es que todos hemos participado de esta industria y si bien es imperativo que los fabricantes de ropa se hagan responsables de sus cadenas y estándares de producción, hay mucho que los consumidores también podemos y debemos cambiar.
¿No sabes por dónde partir? Aquí te proponemos 3 pasos para empezar:
Paso 1: ¡Toma una pausa!
El éxito de la “moda rápida” radica en un problema de consumo: simplemente estamos comprando demasiado. Si queremos ser parte de la solución, lo primero es...¡dejar de comprar ropa constantemente!
La prenda más “sustentable” que existe es la que ya tienes en casa. Cualquier prenda nueva, incluso si es “ecológica”, requirió de una larga cadena de recursos y transporte para llegar a ti. Así que toma una pausa. Abre tu clóset. Revisa toda la ropa que tienes: ¿qué usas realmente? ¿qué habías olvidado por completo que tenías? ¿cuántas veces has usado lo último que compraste? ¿de verdad necesitas más?
Tomar consciencia de nuestros hábitos de consumo a nivel individual es fundamental para poder generar cambios a nivel colectivo. La próxima vez que vayas a comprar, considera estas alternativas:
• Compra menos ropa: Mucha menos ropa. Se estima que más del 50% de nuestro clóset es ropa que no usamos nunca. Plantéate la posibilidad de tener menos prendas, pero que realmente uses y disfrutes.
• Prefiere ropa de segunda mano: ¡Recuerda que reutilizar es siempre la opción más sustentable! Evita comprar ropa nueva y prioriza la ropa vintage o de segunda mano. Tu bolsillo y el planeta te lo van a agradecer.
• Elige marcas que contribuyan a regenerar ecosistemas: Si vas a comprar ropa nueva, elige marcas que estén haciendo acciones concretas para reducir su impacto ambiental, como por ejemplo donando dinero a ONGs que se enfoquen en la recuperación de ecosistemas naturales.
• Prioriza calidad sobre cantidad: Compra poco, pero de la mejor calidad posible, ¡ropa que puedas usar durante años! Esto es mucho mejor para al planeta, y aunque no lo creas, para tu presupuesto también.
• Cultiva estilos atemporales: Hay prendas clásicas que nunca pasarán de moda: define tus prendas infaltables, y usa tu creatividad para reinventarlas y/o re-combinarlas entre ellas.
Paso 2: ¡No desperdicies tu ropa!
¿Sabías que el 85% de la ropa que se fabrica termina incinerada o acumulada en vertederos? La mayoría de las fibras que se usan hoy en día son sintéticas y no biodegradables, por lo que permanecerán ahí hasta 200 años. ¡Tu ropa no es basura! Es un recurso que puedes aprovechar de muchas formas:
• Repara: A veces las prendas sólo necesitan un poco de amor y dedicación para volver a la vida, anímate a aprender técnicas básicas de costura como cambiar un botón, arreglar un cierre, tapar un agujero o disimular una mancha. ¡Hay marcas de ropa como Patagonia que incluso te enseñan a hacerlo!
• Regala: En Chile acostumbramos a regalar/donar la ropa que ya no usamos. Sin embargo, ¡no uses esta opción como un reemplazo a la basura! Dona o regala sólo la ropa que tú o tu familia sí usarían: ropa limpia, en buen estado, sin agujeros, manchas, ni olores, que esté en desuso pero no al final de su vida útil.
• Vende: ¡Así es! ¡No sólo puedes comprar ropa usada sino también venderla! Emprendimientos como Rewind It, Vestuá o Renueva tu Clóset que te pueden facilitar el proceso.
• Upcycling: Este concepto nace de la combinación de las palabras upgrade (mejorar) y recycling (reciclar). La idea es transformar tu ropa y crear nuevos productos con valor agregado: una prenda diferente, un bolso, una manta o un objeto de decoración.
• Recicla: Si agotaste todas las otras opciones, el último recurso es el reciclaje, en donde la ropa se reduce a sus materiales básicos para la fabricación de nuevas materias primas. Ecocitex, Ecofibras y Cirkla son emprendimientos chilenos que se especilizan en el reciclaje textil.
Paso 3: ¡Corre la voz!
Ya dejaste comprar ropa constantemente. Ya no permites que tu ropa se convierta en basura. ¿Ahora qué?
¡Corre la voz! Cuéntale a tu familia, a tus amigos, a tus vecinos, a tus colegas, a tus conocidos. Comparte la información que a ti te ha ayudado a tomar conciencia sobre los daños de la industria textil y cambiar tus hábitos de consumo (como esta nota de blog 😉), y motiva a otros a sumarse al cambio también.