Otro plástico escondido a simple vista que a menudo pasamos por alto es el plástico que se encuentra en nuestra ropa: ¿sabías que el 69% de la ropa está hecha de fibras sintéticas derivadas del petróleo, es decir, fibras plásticas?
La industria de la moda tiene un profundo impacto ambiental en muchos niveles que hemos revisado en mayor detalle acá. Hoy nos enfocaremos específicamente en el impacto que tiene la presencia de plástico en la ropa que usamos y lavamos en el día a día.
Las microfibras sintéticas son microplásticos
Las fibras sintéticas derivadas del petróleo como el poliéster, acrílico, poliamida, nailon, polipropileno, PVC, spandex (lycra o elastano), se consideran versátiles, económicas, livianas y muy resistentes. Sin embargo, todas estas supuestas ventajas vienen con un alto costo ambiental: además de requerir grandes cantidades de recursos y energía para su producción (sólo en la fabricación de poliéster se utilizan 70 millones de barriles de petróleo al año), uno de los mayores problemas que presentan es que no son biodegradables.
En vez de biodegradarse, estos textiles se van rompiendo progresivamente en diminutas microfibras que se van liberando al aire y al agua a través del uso, lavado y desgaste diario. Una sola una prenda de poliéster puede liberar 700.000 microfibras por lavado, por lo que con cada carga de ropa se están liberando millones de microplásticos que luego viajan a través de las aguas grises a los ríos, lagos y mares. Se estima que cada año llegan 190.000 toneladas de fibras microplásticas textiles a los océanos.
Una vez en los ecosistemas, estas microfibras tienen la capacidad de acaparar y transportar sustancias peligrosas (como los contaminantes orgánicos persistentes o COP) que posteriormente son asimiladas por la vida acuática causando efectos nocivos en el crecimiento o procesos de reproducción de organismos acuáticos y terrestres. Además, estos microplásticos y su carga tóxica entran en la cadena alimenticia de la que también somos parte: estamos comiendo microplásticos, y no se sabe qué efectos a largo plazo esto tendrá en la salud humana.
Cómo reducir la contaminación de aguas por microplásticos
La contaminación por microplásticos textiles debe abordarse a nivel de empresas y también a nivel de consumidores: es una tarea conjunta en la que todos podemos y tenemos que ser parte de la solución.
Las empresas textiles pueden innovar en materiales y/o estrategias para reducir o eliminar la liberación de microfibras de las telas. Por otro lado, los fabricantes de lavadoras, pueden desarrollar tecnologías de lavado que reduzcan la fricción y desgaste de las prendas, así como la implementación de filtros que eviten el paso de las microfibras a las aguas residuales.
Y finalmente, los consumidores también podemos tomar acciones concretas para reducir la cantidad las microfibras que salen desde nuestras casas:
1) Al comprar ropa, prefiere calidad por sobre cantidad. Todo lo que compramos tiene un costo ambiental, por lo que el primer paso fundamental es revisar nuestros hábitos de consumo.
2) Prefiere prendas con el mayor porcentaje posible de fibras naturales como el algodón, lana, cáñamo, lino, etc., y que han sido producidas con criterios de sustentabilidad y menor impacto ambiental, como textiles orgánicos, reciclados, o de crianza responsable en el caso de las fibras de origen animal. Si bien incluso los materiales más naturales tienen una huella de carbono e hídrica asociada, tratemos de generar el menor impacto posible y tomar decisiones informadas.
3) Lava menos y mejor. Mientras menos se lavan las prendas, menos se desgastan: lava sólo cuando realmente sea necesario y la prenda esté realmente sucia, si es sólo una mancha se puede remover a mano. Reduce la fricción y desgaste de tus prendas separando la ropa por texturas (no mezclar telas duras con telas suaves y/o delicadas), lavando siempre cargas llenas, en ciclos rápidos y con agua fría o tibia. Evita el uso de la secadora la más posible.
4) Cuando tengas que comprar una nueva lavadora, si es posible elige una lavadora con carga frontal: está demostrado que en ellas las prendas liberan menos micropartículas que en las máquinas con carga superior. Además, suelen ser también más eficientes en el uso de agua y energía.
5) Los filtros también reducen de forma significativa la cantidad de microfibras que se van en las aguas grises. Patagonia recomienda utilizar bolsas de lavado especializadas para reducir la contaminación por microfibras plásticas como la bolsa Guppyfriend desarrollada por la ONG Stop Micro Waste, o bien invertir en un filtro para lavadoras como el filtro Wexco Filtrol 160.