Lavar ropa y cuidar el agua ¡al mismo tiempo! Trucos para un lavado más sustentable

 

Estamos ya de lleno en una nueva temporada de calor, y se nota: días más largos, temperaturas más altas, y la ausencia -casi- total de lluvia (dependiendo de tu región, claro).

La transición de primavera-verano es un excelente momento para revisar nuestro consumo de agua y cómo podemos contribuir al cuidado de este tan preciado y escaso recurso, haciéndonos estas preguntas:

¿Cuánta agua usamos? ¿La estamos ahorrando o desperdiciando?
¿Cómo la estamos usando? ¿La estamos contaminando innecesariamente?

No basta con ahorrar agua, también debemos contaminar lo menos posible el agua que usamos. Ambas acciones se complementan: si el agua no está contaminada, podemos reutilizarla más fácilmente, con lo cual seguiremos ahorrando y reduciendo nuestro consumo. Todos ganamos.

Cuando lavamos ropa, puede parecer casi imposible ahorrar agua. La ropa se tiene que lavar y las máquinas consumen lo que consumen… ¿no es cierto? Depende.

Hay alternativas al lavado tradicional que contribuyen enormemente a que tu ropa se siga viendo -y oliendo- bien. Y también acciones concretas que podemos tomar para que incluso al lavar ropa estemos ahorrando y cuidando el agua.

¿La mejor parte? Muchas de ellas no requieren de ningún gasto adicional. Un lavado más sustentable no tiene que ser más caro. Acá te dejamos algunos tips 😉 

 

1) Lava menos seguido

¡En serio! La ropa no siempre necesita ser lavada después de cada uso. Rompe el hábito de lavar cada prenda después de cada uso, y pregúntate: ¿realmente necesito lavarlo, o lo puedo usar una segunda (o tercera) vez?

A excepción de ropa interior o calcetines (obvio), hay muchas prendas -especialmente las que no tienen contacto directo con nuestra piel o partes íntimas- que pueden usarse varias veces entre lavados: chaquetas, pantalones, camisas, polerones, etc.

Por lo demás, a más lavado, más rápido se desgasta la ropa. Al lavar menos, estamos ayudando directamente a reducir la huella de carbono asociada a la industria textil.

 

2) Lava mejor

Nueve de cada diez prendas de ropa terminan en la basura, porque se dañaron con el lavado. Al lavar mejor nuestra ropa, también estamos reduciendo nuestro impacto ambiental.

Hazte una experta en el lavado de tu ropa, aprende sobre sus materiales y cómo cuidarlos. Lavando cargas siempre llenas y en ciclos rápidos, no sólo ahorras agua, sino también reduces la fricción de la ropa; otras formas de reducir el desgaste son lavando la ropa al revés, separando colores y texturas (telas duras vs telas suaves y/o delicadas), usando sólo agua fría, y evitando el uso de la secadora.

 

3) Remueve manchas por separado

Las manchas son una razón muy común para lavar antes de lo necesario. Si sólo una parte de la prenda está sucia, en vez de tirar toda la prenda a la lavadora, lava sólo esa parte con un poco de detergente y sécala al aire libre. Verás que al día siguiente estará impecable para seguir usándose un par de veces más.

¡Y a veces ni siquiera necesitas lavarla! ¿Sabías que en tejidos gruesos como la lana, puedes remover una mancha tan sólo con un cepillo? A veces la mancha no ha penetrado las fibras sino que está por encima, y un cepillado en seco (ej. con un cepillo de dientes viejo) es todo lo que se necesita.

 

4) ¡Ventila tu ropa!

¿Quién no ha lavado ropa sólo porque tenía “olor a guardado”? A veces tu ropa no necesita agua, ¡necesita aire! Prueba colgando al aire libre prendas que no usas hace tiempo y te sorprenderá cómo un poco de ventilación y brisa neutralizarán ese “olor a clóset”.

También puedes reducir olores colgando la prenda en el baño para que reciba todo el vapor de la ducha, o ¡dejándola una noche dentro del freezer!

 

5) Usa sólo productos biodegradables certificados

Más del 80% de las aguas grises de uso domiciliario llegan a cursos naturales de agua: es decir, los productos que usamos terminan en nuestros ecosistemas acuáticos. Usar productos más ecológicos puede hacer una gran diferencia, puedes conocer más acá y acá.

Cuando, después de todos los trucos posibles, llegue lo inevitable y tengas que lavar, usa sólo productos biodegradables certificados como por ejemplo nuestros detergentes y suavizantes FreeMet 🌎💙. 

 

6) Reutiliza tu agua de lavado

Según la Fundación Un Alto en el Desierto, es posible reutilizar hasta un 70% de las aguas grises domésticas, considerando sólo la ducha, el lavamanos y la lavadora. Esta última es lejos lo que más agua consume: una máquina promedio puede usar más de 50.000 litros de agua al año, más agua de la que beberás en toda tu vida.

De ahí la importancia de reutilizar tu agua de lavado, desviando la salida del agua y reutilizándola para riego. ¡Te sorprenderás cuando veas la cantidad de agua que sale!

 

7) Evita las fibras sintéticas

Los microplásticos de nuestra ropa que se liberan en cada lavado también contaminan nuestras aguas. Reduce tu uso de ropa sintética como poliéster y nylon y prefiere fibras de origen natural, de materiales renovables y/o con atributos de sustentabilidad (recicladas o con sellos confiables).

Cuando necesites comprar ropa, ve poco a poco adquiriendo fibras de la mejor calidad y durabilidad posible: la ropa de mejor calidad -incluso fibras sintéticas- desprende menos microplásticos. Puedes aprender más acá.


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En FreeMet nuestro lema es Cuidar el Agua es Amar la Vida, y ¡nos lo tomamos muy en serio! Si quieres seguir aprendiendo, te invitamos a explorar nuestro blog.

 

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